Sabino tenía 77 años. Salió con su carretilla a recoger cartones para sobrevivir… y nunca volvió a casa.
Un automovilista lo atropelló en pleno centro de Villa Victoria, Estado de México, y en vez de detenerse, huyó como si nada.
El cuerpo del adulto mayor quedó tendido sobre la cinta asfáltica, junto a una tienda departamental. No hubo oportunidad de hacer nada: cuando paramédicos de Protección Civil llegaron al sitio, sólo pudieron confirmar que ya no tenía signos vitales.
Una hija llegó a reconocer el cuerpo
El golpe fue tan brutal que Sabino murió al instante. Una de sus hijas llegó para identificarlo, en medio de escenas de dolor que a nadie deberían tocarle vivir.
Mientras el dolor crecía, policías estatales y municipales acordonaban el área. El Ministerio Público y el personal forense llegaron después para levantar el cuerpo y comenzar la investigación.
¿Quién mató a Sabino?
Hasta ahora, no hay detenidos.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México dice que analiza videos y realiza peritajes para determinar cómo ocurrió el atropello y encontrar al responsable.
¿La realidad? Sabino salió a trabajar, no a morir. Y el responsable sigue libre.
En este país, parece que atropellar a un anciano trabajador y huir es menos grave que robarse una soda.
El abandono y la impunidad no son accidentes. Son la regla.