Jocelyn Wildenstein, conocida mundialmente como la “mujer gato” por sus características faciales únicas moldeadas por múltiples procedimientos estéticos, falleció en París a los 79 años (aunque algunas fuentes indican 84). Su pareja, el diseñador Lloyd Klein, confirmó que la socialité suiza murió a causa de una embolia pulmonar.

Wildenstein, nacida como Jocelyn Périsset en Lausana, Suiza, alcanzó notoriedad global no solo por su extravagante apariencia sino también por su vida repleta de excesos, desde safaris en África hasta propiedades millonarias y un acuerdo de divorcio que rompió récords financieros.

Su vida comenzó lejos de los reflectores, entre montañas suizas y lagos, pero pronto cambió Lausana por París, donde se codeó con la alta sociedad y persiguió su sueño de explorar África. En 1977, conoció a Alec Wildenstein, multimillonario comerciante de arte, durante un safari en Kenia. Al año siguiente, se casaron y Jocelyn heredó una vida de lujos, incluyendo el rancho Ol Jogi en Kenia, hogar de grandes felinos africanos que definieron su identidad.

La Mujer Gato: Un rostro que fascinó y polarizó

Aunque Wildenstein negó en múltiples ocasiones haberse sometido a cirugías para lograr su característica apariencia, su transformación estética comenzó poco después de su matrimonio. Sus “ojos de gato” y piel tensa desataron tanto admiración como controversia, convirtiéndola en un ícono de los tabloides neoyorquinos.

El divorcio de los Wildenstein en 1999 fue tan mediático como su vida misma. Jocelyn recibió un acuerdo de $2,500 millones de dólares, además de $100 millones anuales durante 13 años. Sin embargo, las extravagancias y gastos desmesurados la llevaron a declararse en bancarrota en 2018.

Amores tumultuosos y un legado ambiguo

Tras su divorcio, Wildenstein encontró el amor en Lloyd Klein, casi tres décadas menor que ella. Aunque su relación estuvo marcada por peleas y controversias, Klein destacó su extravagancia como una de sus características más fascinantes.

En sus últimos años, Jocelyn evitó los reflectores, pero fue celebrada como un ícono de la moda y la cultura pop por su imagen inquebrantable y su capacidad para desafiar las normas de belleza.

Un misterio que perdura

A pesar de décadas en el ojo público, la vida de Wildenstein sigue envuelta en enigmas: su verdadera edad, los límites de su transformación y el destino de su fortuna son preguntas que probablemente quedarán sin respuesta.

Jocelyn Wildenstein deja un legado tan único como controvertido, desafiando los estándares de belleza y recordándonos que, en sus propias palabras: “No tengo nada que demostrar”.

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